Existe un pensamiento por el cual se decide no querer tocar algo que funciona bien por temor a fastidiarlo. En la mayoría de casos es un pensamiento estupendo, pero en el futbol de alto nivel no tanto. La competición es extremadamente competitiva, cada año los equipos se preparan mejor y es necesario ya no solo hacer pequeños cambios, sino reforzarse y mejorar. Ahora el Madrid está expuesto a ser contrarrestado. Los equipos saben cómo juega y buscarán aguantar los noventa minutos y ser incisivos donde los blancos han sido más débiles.
Por tal motivo, se ha fichado a Kroos y James Rodriguez, a falta de Keylor Navas y algún otro. Las bajas más significativas son las de Morata y Casemiro, y aun sin saber qué pasará con Khedira, Di Maria y demás posibles descartes.
Desde luego para afrontar el reto de ganar seis títulos, hay que tener no solo 14 jugadores, sino una plantilla profunda. Dar descanso a varios jugadores en la Copa y algún partido fácil de Liga, a fin de afrontar el final de temporada frescos y lozanos. El año pasado se perdió la liga por no tener fondo de banquillo. Un once titular, por fuerte que sea, no gana un triplete, y menos si los jugadores tienen como objetivo principal la Champion.
De lo más significativo de los dos partidos disputados es que Pepe sigue rifando el balón a menudo y mal. Ramos por el contrario da cambios de banda estupendos, pero aun está muy por debajo de su mejor versión. Encima está crecido y eso siempre juega en detrimento del jugador. Xabi y Modric evidencian que juntos están cómodos. Lo preocupante es el papel de Isco, el cual no termina de explotar cuando llega a los metros finales. Buen juego, mucha clase, pero necesita ser más resolutivo. Necesita ser el Isco de la temporada pasada en el inicio de liga.
Este año Ancelotti deberá de nuevo elegir un sistema con el que afrontar los grandes partidos de la temporada. El año pasado se decantó por el 4 3 3, dejando a Di María de interior y Benzema, Bale y Cristiano arriba. Un once titular que generó la Copa del Rey y la Décima. Pero si Di María abandona el Madrid, Kross sería su recambio natural. Ese once, con Modric y Xabi, sería el más lógico y continuista. Illaramendi y Khedira esperarían su turno en el banquillo para suplir a los hombres del medio del campo. Arriba James, Jese e Isco reemplazarían a la BBC. Incluso Isco, como ya hiciera en la final de Champion, podría ser un recambio en el centro cuando el equipo necesite remontar.
Sin embargo es muy seguro que las circunstancias y los precios pagados por los jugadores obliguen al mister a tener que alinear a James junto a la BBC. Una locura que partiría al equipo en dos. La vuelta al 4 2 3 1 en partidos en casa contra equipos sencillos es viable, incluso el Bernabéu lo pedirá, pero no deja de ser temerario. Cristiano, Bale y James, la línea de 3, debería estar completamente concienciada de su tarea defensiva en caso de no tener la posesión de balón.
El tema de la portería debería afrontarse cuanto antes. El portero titular debería jugar ambas Supercopas y tenerlo claro. Desde luego quien salga va a tener una presión insoportable. Tanto Iker, Diego o Keylor no podrán tener margen de error, algo que será calamitoso para el Madrid.
De los canteranos Medran, Lucas Vazquez, de Tomas y Llorente han gustado mucho, pero su participación será escasa en cuanto a minutos. No olvidemos que en un previsible banquillo estarían Isco, Jesé, James, Khedira e Illaramendi. Los canteranos solo encontrarían un hueco para sus aspiraciones en la Copa del Rey.
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