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El verdadero Señorío madridista

jueves, 5 de febrero de 2015


El famoso señorío del que todo el mundo habla se ha llegado a convertir en un arma de doble filo para el Real Madrid. Por una parte es un halago de cierto sector y por otro una camisa de fuerza para que no pueda moverse con libertad. No quiero alargarme mucho (ni tan poco hará falta) por lo que voy allá con la precisión de un cirujano.

Para el Antimadridismo, el señorío que quieren ponerle al Real Madrid no es más que una cárcel para que no pueda desenvolverse con plenas libertades. En esa creencia no solo están ellos, sino parte del aficionado en general al futbol y una parte de la propia afición del Madrid. La idea general se basa en que el Real Madrid ha ganado mucho y es actualmente el equipo en la cima del futbol, por lo tanto debe ser ejemplar y actuar como un Rey bondadoso y en ocasiones con servilismo. Si señores, con servilismo debe actuar un Rey, o eso dicen.

En cualquier caso los mayores antimadridistas lo ven como que el Madrid en algún momento de la historia dejó de ser un equipo vulgar para usurpar el trono del futbol y apropiarse indebidamente de la corona. Ello conlleva a un odio extremo y por lo tanto el conjunto merengue no puede exibirse ni gobernar el futbol con mano dura, ni con igualdad de condiciones debido a que no es Rey Legal. En este sector están los equipos y aficiones que históricamente han estado en contra, junto a sus medios de comunicación. Para ellos, el Madrid no puede ni es moralmente aceptable que se queje de los árbitros (ya que siempre han estado a favor, tanto ellos como las instituciones y Franco y su madre). Para esta gente el Madrid debe aceptar que sea en ocasiones vilipendiado por los árbitros para pagar “viejas deudas”. Por el contrario, si en alguna ocasión (y son pocas) el árbitro se equivoca a favor de los merengues, entonces estaremos ante el robo y la adulteración del Siglo. Y da igual que le hayan robado 3 penaltis antes, que si hay un fuera de juego o tan solo una falta que no piten amarilla al Madrid se lía parda.

Para ellos el señorío del Madrid incluye que no haya quejas hacia el árbitro (algo que los demás equipos están exentos; pueden quejarse vamos). También debe guardar las formas en sus declaraciones; nada de mostrar odio por los demás, nada de molestar a los demás, nada de vanagloriarse de su propia gloria, nada de exhibir alegría porque molesta. Debe vivir encerrado en un convento y pedir cada día perdón por el crimen de reinar en el futbol sin autorización.

Esta es la descripción del señorío que desea el sector más antimadridista, pero no olvidemos que en la prensa central (mayoría atlética) y en cierto sector del Madridismo, se han tragado la mentira del Señorío. Y ven con malos ojos cuando sus jugadores hacen declaraciones que puedan molestar a las otras aficiones, aunque sean simples defensas ante los ataques. Ven mal que se quejen de los árbitros, aunque semana tras semana seamos vilipendiados por los colegiados. Ven horrible que se devuelva mal por mal los ataques que recibimos. Para ellos debemos estar callados y ganar sin mucho ruido. Y si hace falta perdemos, no sea que nos cojan más odio.

Pero para el madridismo que se ha desatado por fin de la manipulación de la prensa el Señorío es otro. Es gobernar el futbol con justicia, ni intentar robar ni dejarse robar. Es ser noble, no ofender ni quedarse callado ante las ofensas. Es morir en el campo, ganar a toda costa utilizando toda la fuerza, compromiso, fe y luego celebrar las victorias por amor a tu propio club. Desde luego eso es señorío, lo otro es ser un zombi, un siervo atado al que golpean con un látigo. Y todo esto del señorío nos lo mostró Don Santiago Bernabéu, del que podéis leer miles de frases curiosas donde os explica lo que es el señorío verdadero.

Porque los que quieren encorsetar al Madrid, incluso muchos madridistas, dicen y se llenan la boca de “es que el Madrid de Bernabeu y su señorío” sin saber ni qué coño decía Bernabéu de verdad. ¡Leed un poco! Nuestro gran presidente era el primero que atacaba al antimadridismo, quien lo definió y quien puso contra las cuerdas siempre. Él atacó a la prensa defendiéndose de sus continuas manipulaciones. Ese es el señorío que de verdad nos enseñó don Santiago. Defender al Madrid en buena ley, reinando con justicia. A mí no me vale no quejarse de los árbitros para ser un señor. Ser un señor es ir a Lorca a apoyar a las víctimas de los terremotos. Ser un señor es actuar con grandeza ante las adversidades, sin dejarse pisotear y cuidar al débil. Y cierro esto con un grito de uno de los genios del twitter Darkko: ¡Señorío mis cojones!

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