Firmado: @pablo_casado
El Real Madrid,
flamante campeón de Europa, se presentaba ante el mercado de fichajes con pocas
necesidades, en mi opinión, pero con la intención de reforzar a un equipo que
debe aspirar a todo.
El primer
movimiento realizado por Florentino fue aplaudido por unanimidad por la afición
blanca. Toni Kroos, gran mediocentro alemán, con categoría y que además
sobresalió en el Mundial, llegaba al Bernabéu por cerca de 30 millones de
euros, un buen precio. Poco después, el Real Madrid realizaba una de esas
operaciones tan “made in Florentino”. James Rodríguez sorprendía al mundo con
sus actuaciones para Colombia en Brasil, donde ganó la bota de oro del
campeonato mundialista, el Madrid daba el paso y cerraba el traspaso del
jugador por más de 70 millones que se pagaban al Mónaco. La presentación del
jugador en el feudo blanco dejaba claro el doble éxito del movimiento: un gran
jugador y una afición, la colombiana, desatada con su nueva estrella.
Con James llegaban
también las primeras dudas: ¿no hay demasiada gente en el medio del campo? ¿Era
necesario traer al colombiano teniendo en la plantilla al joven Isco? ¿Hay
sitio para todos?
El tercer
fichaje del Madrid llegaba tras semanas de especulaciones. Keylor Navas era el
elegido por la entidad blanca para representar el futuro en la portería del
Real Madrid, una posición nada cómoda en los últimos meses. Iker Casillas, en
plena decadencia deportiva, se aferra a la titularidad a pesar de las dudas que
genera en cada una de sus actuaciones, y a pesar de no ser el favorito de
Vecchi, entrenador de porteros del equipo. Con la llegada del costarricense,
uno de los mejores porteros de la pasada liga, tenía que salir uno de los
guardametas. Diego López, titular en Liga, o Casillas, titular en Champions, y
titular de los periódicos. Después de una nueva campaña que para nada nos
sorprendió, el Madrid dejaba marchar a López al Milán…¿o será qué por Casillas
no llegaban ofertas?
El ojito derecho
de la prensa se quitaba de un plumazo a un portero que le ha puesto las cosas
muy difíciles y que le ha demostrado que el trabajo tiene recompensa. Ahora
Casillas se enfrenta a Navas por la titularidad. Parece que de momento tiene
ganada la partida, pero sus primeras actuaciones de la temporada, y los
primeros pitos de un Bernabéu que comienza a abrir los ojos pueden revertir la
situación. Desde aquí una sola petición: meritocracia.
Como pueden ver,
de la alegría del fichaje de Kroos, hemos ido pasando al terreno de la duda e
incluso al de la preocupación. Ahora viene el momento del lamento, porque como
titulo este artículo: “la alegría va por calles”.
En el capítulo
de salidas, dijimos adiós a Morata, joven delantero con proyección, que ha
dejado dudas en la casa blanca, que todavía puede volver para triunfar pero que
de momento deja la plantilla de Ancelotti sin un delantero para suplir a
Benzema. Casemiro se marchó al Oporto, Jesús Fernández entró en la “Operación
Navas” y salió en dirección a la portería del Levante, y como ya hemos
comentado, Diego López triunfará en Milán.
Pero estas no
son las “únicas” salidas. El madridismo ha visto como en apenas 3 días se tiene
que despedir de dos jugadores del más alto nivel y que han dado tardes de
gloria al club. Después de semanas de dudas, y de las especulaciones del año
pasado: Di María abandona el mejor club del mundo. En una carta de despedida,
el argentino asegura que pedía “cosas justas” y no solo referentes al salario.
Esperemos que las alcance en Manchester. En la capital de España echaremos de
menos un jugador vertical, ágil y con desborde. Uno de esos jugadores que te
rompe un partido cuando más lo necesitas. Mucha suerte “Fideo”. Como es un
artículo de opinión: su venta es un error.
Y segundo error,
aunque en este caso el propio jugador es el que ha querido
salir: Xabi Alonso. El “profesor” como lo llamaba Carlo decide abandonar el
Madrid para irse al Bayern de Guardiola. Su renovación ya suscitó dudas y
muchos temieron que el tolosarra no llegara a septiembre vestido de blanco. Lo
ha hecho, pero parece que aquellas dudas que nos mantuvieron en vilo a finales
de año, se han agravado. Alonso, hombre honesto y que representa el madridismo
moderno, se va. Solo una palabra: gracias.
Por cierto, con
las salidas de Xabi Alonso y Diego López el “mourinhismo” sigue debilitándose
en el Madrid. El “mourinhismo” o una manera de entender el club sin la
necesidad de recibir besitos y caricias continúas de la prensa. Un madridismo
sin “buenismo”. Solo nos queda Arbeloa…aguanta Espartano.
El verano
parecía bueno para el Madrid, llegadas interesantes, jugadores de gran calidad
como Toni Kroos, y futuro en puestos clave como la portería. Sin embargo,
parece que los viejos fantasmas del pasado no acaban de salir del Bernabéu, y
los últimos movimientos del club nos dejan dudas sobre la nota que puede
ponerse a este mercado de fichajes. Aun así, el Real Madrid tiene una plantilla
de lujo, un entrenador de garantías, y por lo tanto tiene que luchar por todos
los títulos y seguir siendo el adalid del fútbol de vértigo, de velocidad y de
potencia ante aquellos que nos quieren hacer creer que solo con un 75% de
posesión y/o mucha filosofía barata se puede conquistar el mundo.
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